18 de mayo de 2014

Los chakras desde un punto de vista (más o menos) fisiológico

Recientemente, he empezado a interesarme por cierta disciplina física y mental de origen hinduista muy popular, siempre manteniéndome algo escéptica sobre el tema espiritual que, a mi parecer, roza la superstición.

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Sin embargo, los chakras y la parafernalia que los rodea me provocan curiosidad, y en teoría tienen un componente más científico y fisiológico que me gustaría exponer aquí, aunque recelo de forma sistemática en lo que a misticismo se refiere, y no estoy defendiendo de ninguna manera la existencia o función de los chakras. Sí me parece curioso cómo, en las últimas décadas, se ha puesto empeño en aunar las propiedades proverbiales de estos con algún órgano o región de la anatomía, para intentar respaldar la creencia con "evidencias científicas".

Según la tradición hinduista, existen siete chakras o centros de energía que recorren el plano de la columna vertebral, numerados desde abajo hacia arriba, y su nombre viene del sánscrito para "vórtice" o "rueda".

seven 7 chakras sieben

  • Séptimo chakra - Sahasrara: representado por una flor de loto de 1000 pétalos blanca o violeta, se encuentra situado en la coronilla de la cabeza. Su función es la de alcanzar un estado de pura consciencia en la que no existe objeto ni sujeto. Su rol tradicional es comparable al de la glándula pituitaria, que secreta hormonas para comunicarse con el resto del sistema endocrino y con el SNC por medio del hipotálamo. Otros apuntan que este chakra es el tálamo, regulador de la consciencia, el sueño y la alerta.
  • Sexto chakra - Ajna: representado por una flor de loto de dos pétalos de color índigo, también es conocido como el "tercer ojo". Su función se cree que es la de la intuición y la percepción extrasensorial, por lo que se le relaciona con la glándula pineal, que produce la hormona melatonina y también el único alucinógeno endógeno conocido: la dimetiltriptamina.
  • Quinto chakra - Vishuddha: se representa por una flor de loto de 12 pétalos verdes con un yantra en el interior formando un hexagrama. Está ligado a la glándula tiroides, responsable del crecimiento y la maduración. Se conoce como el "chakra de la garganta".
  • Cuarto chakra - Anahata: es también conocido como padma-sundara, y está ligado al timo, un órgano del sistema inmunitario donde maduran los linfocitos T, que juegan un papel importante en el mecanismo de inmunidad mediada por células y que puede verse afectado de forma negativa, al igual que el chakra tradicional, por situaciones de estrés.
  • Tercer chakra - Manipura: conocido como el chakra del plexo solar, está simbolizado por una flor amarilla de 10 pétalos y un triángulo equilátero orientado hacia abajo. Se cree que corresponde a los islotes de Langerhans, grupos de células situados en el páncreas con actividad endocrina, y a glándulas y el córtex adrenales. Estos juegan un papel importante en la digestión, de forma más filosófica, "el cambio de comida a energía" para nuestro cuerpo. La deidad que se asocia a este chakra es Agni, el dios del fuego.
  • Segundo chakra - Swadhisthana: su representación es una flor de loto blanca con seis pétalos naranjas y una luna creciente en su interior. Está localizado en la región sacra, y corresponde a los testículos y ovarios, que secretan las hormonas sexuales involucradas en el ciclo reproductivo. También, por extensión, se asocia al aparato genitourinario completo. Un desequilibrio de este chakra está relacionado con las relaciones, la violencia, el placer y las adicciones.
  • Primer chakra - Muladhara: se representa como una flor de loto de cuatro pétalos de color rojo, con un cuadrado y un triángulo en su interior. Está localizado en la región coccígea de la base de la columna vertebral, y está relacionado con las gónadas y la médula adrenal, que secreta catecolaminas como adrenalina, noradrenalina y en menor medida dopamina en respuesta a excitación simpática preganglionar. Este chakra se relaciona con la sensación de seguridad, el instinto y la supervivencia, lo cual está "justificado" por la función de lucha o huida que se produce bajo un estrés agudo al secretarse monoaminas con función simpática desde la médula adrenal.